Mouseion es una palabra griega que designaba el santuario consagrado a las musas. Con el tiempo, en el helenismo, acabará asociándose a los lugares donde se recibe la inspiración, refiriéndose a un tipo particular de villa reservada para las charlas filosóficas.
El mouseion quiere recoger ese espíritu de encuentro y convertirse en un lugar de reflexión y crítica de las artes contemporáneas.

jueves, 5 de julio de 2012

Oldenburg, el escultor revolucionario

¿Qué es lo importante del arte? ¿Lo que representa? Muchos dirán que sí, imágenes más o menos reconocibles que sugieran "algo". Así el arte, digamos, plástico, durante siglos se ha clasificado en géneros, e incluso en temas, que nos dirigen el entendimiento y nos señalan lo que tenemos que ver, lo que tenemos que comprender de cada escena, llevando en muchos casos implícita su situación inmediatamente anterior e inmediatamente posterior, escogiendo el artista el momento concreto que quiere congelar en su lienzo. O en su bloque de mármol. Naturalmente y con todas las revoluciones artísticas contemporáneas el tema se va liberalizando de las carcasas costumbristas, religiosas, mitológicas, históricas etc y llega a los más inusitados, a veces trasformando temas ya existentes, a veces creando nuevos géneros. Los artistas empiezan a buscar la originalidad del tema escogido, algo que el público entiende y valora.

En este sentido es muy significativa la aportación del arte Pop, recogiendo imágenes de lo más variado y sorprendente de la cultura popular y elevándolos a esa elevada categoría de "obra de arte". Todos tenemos en mente las latas de sopa Campbell, pero hoy quiero hablar de Claes Oldenburg, uno de los pocos escultores Pop, que no sólo juega con el objeto representado sino con su localización concreta en el espacio público, creando imágenes-lugar insólitas y cambiando para siempre los emplazamientos en los que trabaja.







Oldenburg es un gran ejemplo arte Pop porque consigue que el espectador valore su ocurrencia, entienda el chiste sin plantearse que le estén tomando el pelo. Después de verle a él se ve la obra de otros artistas Pop con otros ojos, pero también nos hace replantearnos las obras que normalmente presiden las plazas o parques. Es una crítica, o una alternativa del arte imitativo tradicional [sobretodo en el campo de la escultura] con sus propias armas: realismo [hiperrealismo a veces], extraordinaria complejidad técnica, monumentalidad etc. La transformación del lugar es tan completa que afecta incluso a la percepción espacial. Uno se siente de inmediato y por un momento, un liliputiense perdido en una ciudad de gigantes, o bien testigo del paso de un gigante por el lugar. Un toque de surrealismo y fantasía en las serias y grises ciudades que habitamos hoy.

Aunque estas obras son bastante recientes, [Dropped Cone, 2001; Flying pins, 2000; Mistos, 1992] hay que decir que la gran aportación de Oldenburg a la escultura se produjo durante los 60 con su serie de esculturas blandas, en la que reinterpretó el principio vanguardista de la no utilización de los materiales nobles [más acotados en escultura que en cualquier otra disciplina], sustituyéndolos por materiales blandos, siendo entonces tanto el material como el objeto representado procedentes de la cultura popular. Podríamos decir que el plástico, por su origen puramente industrial era a la escultura lo que la serigrafía o el fotomontaje a la pintura, es decir el hermano feo, simple, de la elevada disciplina artística.





Un nuevo concepto de escultura, sin duda. Ciertamente mucho más al día con la sociedad de consumo actual y la cultura visual que hoy vivimos y experimentamos. Pero en cuanto al concepto de "escultura", sigue siendo subversiva, quizá por escoger temas considerados tan "nimios" como un interruptor de la luz o unas patatas con ketchup. [El water lo dejo para otro momento porque como sabéis merece su capítulo aparte]. Y eso que desde el siglo XVI se vienen representando temas tan "nimios" como cestos de flores o de frutas.



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