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El juicio de Paris, 1912 |
El color parece haber abandonado a las tres candidatas en pos de todo aquello que las rodea, incluído el propio Paris, en cuyo sillón [y el diván que avanza por la izquierda] se pueden apreciar todavía coletazos de aquel vestido de Emmy Frisch. En cualquier caso, el color de las aspirantes es lamentablemente poco fiel al de la obra vista en directo, pues no es ese blanco que ven ustedes en su pantalla, sino un blanco grisáceo, con toques verdosos, un color de carnación que Kirchner utilizará con frecuencia, matizándolo ligeramente, de aquí en adelante.
Continúa Kirchner con una serie de paisajes y bañistas en Fehmarn. De nuevo cambia su técnica de aplicación del color, irregular, con apariencia inacabada a veces. En cuanto a las bañistas, juega con diferentes grupos figurativos, siempre con unos contornos vagos que dejan al color la expresión y la final percepción del conjunto. Es el caso, por ejemplo, de Bañistas con sombrillas japonesas.
Toilet, mujer ante el espejo, 1912 |
Si uno busca una definición del expresionismo, en particular del expresionismo alemán, la que encontrará de forma más recurrente será probablemente algo así como: la consciente deformación de la realidad en favor de la subjetividad y la expresión de las emociones del artista, que prevalecen sobre la total fidelidad al objeto representado. Es decir, esa deformación de los objetos obedece a una visión subjetiva que es realmente lo que se pretende expresar. Y ¿qué mejor forma de representar la deformación de la realidad que con un espejo? ¿Qué objeto más objetivo [valga la redundancia] y subjetivo [o subjetivador] a la vez?
En este caso, el espejo está deliberadamente torcido, más torcido que el resto del espacio, que ya lo está, creando una esquina en sentido oblícuo, generando la visión de un espacio que se adivina más amplio hacia fuera, y una cierta sensación de arrinconamiento en el tocador. Sea como fuere el resto del espacio, estamos ante un lugar preciso, un mueble hecho para ser usado por una persona únicamente.
Una persona que mira en un reflejo que no le devuelve la mirada. Se refleja con los ojos cerrados y en una posición diferente a la que sería de esperar. ¿Qué reflejo es ese? ¿Quizá se está reflejando otra realidad de la misma cosa? Quizá es un reflejo introspectivo como, en efecto, los simbolistas aludían con la metáfora de los ojos cerrados. ¿Está reflejando quizá su estado de ánimo? ¿Es, en este sentido, una alegoría del propio movimiento expresionista?
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