Mouseion es una palabra griega que designaba el santuario consagrado a las musas. Con el tiempo, en el helenismo, acabará asociándose a los lugares donde se recibe la inspiración, refiriéndose a un tipo particular de villa reservada para las charlas filosóficas.
El mouseion quiere recoger ese espíritu de encuentro y convertirse en un lugar de reflexión y crítica de las artes contemporáneas.

martes, 24 de junio de 2014

Las Sirenas de Titán [Fragmentos]

Hoy queremos compartir unos pequeños fragmentos, casi a modo de degustación, de Las Sirenas de Titán [Kurt Vonnegut, 1959]. 
Un libro que pone la ciencia-ficción al servicio de una cierta ironía y un humor finísimo, como esperamos quede constancia en estos breves ejemplos, que a su vez consideramos la mejor forma de recomendarlo: 


I

Cualquier explicación sobre los infundibula crono-sinclásticos ofenderá seguramente a los especialistas en la materia. Como quiera que sea, la mejor explicación breve es la del Dr. Cyril Hall, que aparece en la decimocuarta edición de la Enciclopedia infantil de maravillas e inventos. Reproducimos aquí el artículo completo, amablemente autorizados por los editores:

Infundibula crono-sinclásticos. Imagina que tu papá es el hombre más inteligente de la tierra, y que conoce todo lo existe, tiene razón en todo y puede probarlo. Imagina ahora a otro chico en otro lindo mundo, a millones de años luz de distancia, y que el papá de ese chico es el hombre más inteligente de ese lindo mundo tan alejado. Y que es tan inteligente y tiene tanta razón como tu papá. Los dos papás son inteligentes, los dos papás tienen razón.
Sólo que si llegaran a encontrarse, se pelearían muchísimo, porque no estarían de acuerdo en nada. Tú puedes decir que tu papá tiene razón y que el papá del otro chico está equivocado, pero el Universo es un lugar enormemente grande. Hay espacio bastante para una inmensa cantidad de gente que tiene razón y sin embargo no se pone de acuerdo.
La razón de que los dos papás tengan razón y sin embargo se peleen tanto es la de que hay muchísimas maneras de tener razón. Pero hay lugares en el Universo donde todas las clases diferentes de verdades se ajustan tan bien como las piezas del reloj solar de tu papá. A esos lugares se les llama infundibula crono-sinclásticos. [...]
Crono significa tiempo. Sinclástico significa curvado hacia el mismo lado en todas direcciones, como la cáscara de una naranja. Infundibulum es lo que los antiguos romanos como Julio César y Nerón llamaban un embudo. Si no sabes lo que es un embudo, pídele a tu mamá que te muestre uno.

II

Koradubian afirmaba que Rumfoord le había hablado del año Diez Millones d.C.
Según Koradubian, en el año Diez Millones habría una tremenda barrida. Todas las crónicas relativas  al período comprendido entre la muerte de Cristo y el año Un Millón serían echadas a la basura y quemadas. Así se haría, decía Koradubian, porque los museos y archivos atiborrados amenazaban con expulsar a los seres vivientes de la Tierra.
El período de un millón de años relacionado con la quema de trastos viejos, se resumiría en los libros de historia, según Koradubian, en una frase: Después de la muerte de Cristo hubo un período de reajuste que duró aproximadamente un millón de años.

Winston Niles Rumfoord lanzó una carcajada y dejó de lado el artículo de Koradubian.



III

Todas las cosas que el autor de la carta sabía con certeza estaban enumeradas, como para subrayar la índole difícil y gradual del juego que le había permitido descubrir cosas ciertas. Había cincuenta y ocho cosas que el autor tenía por ciertas. [...] Y mezclados con la filosofía había chismes, historia, astronomia, biología, teología, geografía ...

Historia 26]  En Marte todo el mundo viene de la Tierra. Creyeron que estarían mejor en Marte. Nadie recuerda qué era lo que estaba tan mal en la Tierra.
Astronomía 11]  Todo lo que hay en el cielo gira alrededor de Marte una vez al día.
Teología 15]  Alguien lo hizo todo por alguna razón.
Geografía 16]  Marte es redondo. La única ciudad que hay se llama Febe. Nadie sabe porqué se llama Febe.
Psicología 103]  Unk, el gran lío con los estúpidos de mierda es que son demasiado estúpidos para creer que se puede ser inteligente.

IV

Según Salo, los trafalmadorianos se manufacturaban el uno al otro. Nadie sabía con certeza cómo había llegado a la existencia la primera máquina.
La leyenda era la siguiente:

Hubo una época en que en Trafalmadore había criaturas que no eran como máquinas. No eran dependientes. No eran eficientes. No eran dignas de confianza. No eran duraderas. Y esas pobres criaturas estaban obsesionadas con la idea de que todo lo que existía debía tener una finalidad y que algunas finalidades eran más elevadas que otras.
Esas criaturas se pasaban la mayor parte del tiempo tratando de descubrir cuál era su finalidad. Y cada vez que encontraban lo que parecía ser una finalidad de ellos, parecía tan baja que las criaturas se llenaban de asco y vergüenza.
Y antes de servir a una finalidad tan baja, las criaturas hacían una máquina que la sirviera. Así las criaturas quedaban libres de ponerse al servicio de finalidades más elevadas. Pera cada vez que encontraban una finalidad elevada, resulta que no era lo bastante.
Entonces se hacían máquinas para ponerlas al servicio de finalidades aún más elevadas.
Y las máquinas lo hacían todo con tanta pericia que finalmente se les confió la tarea de descubrir cuál debía ser la finalidad más elevada de las criaturas.
Las máquinas informaron con toda honestidad que no lo sabían realmente.
A continuación las criaturas empezaron a asesinarse entre sí, porque detestaban ante todo las cosas sin finalidad.
Y descubrieron que ni siquiera servían para asesinar. De modo que confiaron ese trabajo a las máquinas, también. Y las máquinas terminaron el trabajo en menos tiempo del que se tarda en decir Trafalmadore.


V

Para hacer tantas estatuas Salo se había inspirado en las llamativas conductas de los terráqueos. Lo que inspiraba a Salo no era tanto lo que los terráqueos hacían, sino cómo lo hacían.
Los terráqueos se comportaban en todas ocasiones como si hubiera un gran ojo en el cielo y como si ese ojo estuviera ansioso de diversión.
El gran ojo tenía un hambre glotona de gran teatro. El gran ojo era indiferente a que los espectáculos de la Tierra fueran comedia, tragedia, farsa, sátira, atletismo o vaudeville. Su exigencia, que al parecer los terráqueos consideraban tan irresistible como la gravedad, era que los espectáculos fueses grandes. 
La exigencia era tan poderosa que los terráqueos casi no hacían otra cosa que actuar para satisfacerla, noche y día, incluso en sueños.
El gran ojo era el único público que a los terráqueos les interesaba realmente. Las actuaciones más fantásticas que Salo había visto eran las de los terráqueos que estaban terriblemente solos. Imaginaban que el gran ojo era su único público.


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